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Comencemos con lo que es obvio y fundamental: un traductor o un estudiante del Departamento de Traducción debe saber al menos un idioma extranjero y su idioma nativo. Esta afirmación puede parecer banal, pero la verdad es que los estudiantes o los traductores novatos a menudo no son conscientes de lo que realmente significa y pueden cometer dos errores: 1. pensarán que aprenderán en los estudios el idioma en que quieren traducir y, lo peor de todo, 2. olvidan que conocer su idioma materno muy bien es tan importante como tener un buen dominio del idioma en cuestión.
En lo que respecta al primer punto, debemos dejar muy claro que los estudios de traducción no son un curso para aprender inglés, francés, español o alemán; su objetivo principal es enseñar a los estudiantes a traducir, lo que significa que ya deben tener conocimientos en ese idioma. Los años de estudio ayudan al estudiante a mejorar su lenguaje de trabajo, no a enseñarlo desde cero. La excepción es el idioma C, que puede ser exótico y se puede aprender desde cero.
En cuanto al segundo punto, traducir (bien) significa saber escribir perfectamente en tu idioma nativo. Si escribir no es una calidad tuya, si no conoces tu idioma nativo en profundidad, no obtendrás un texto de destino de calidad, sin importar qué tan bien entiendas el texto original.
Esto está relacionado con otras cualidades que un buen estudiante en traducción o en un traductor profesional debe tener: curiosidad y capacidad de autoaprendizaje. Informática, técnicas de ventas y comunicación, finanzas, medicina u otras especialidades: las áreas en las que un traductor puede y debe formarse para mejorar sus habilidades y los servicios prestados son casi ilimitadas. Consulta continua con diccionarios bilingües, enciclopedias, glosarios, foros, etc. Las palabras tienen diferentes significados en diferentes circunstancias y, por lo tanto, deberás realizar un ejercicio repetitivo para conocer el significado en una situación específica.
En conclusión, esta profesión requiere:
1. Personas independientes, perseverantes, pacientes y disciplinadas.
2. Capacidad de decodificación: Un buen traductor debe poder leer el texto original y encontrar el mensaje obvio que el autor le transmite para transmitirlo en la traducción.
3. Cultura general: Ciencia, derecho, turismo, marketing, literatura, historia, matemáticas, etc. El traductor debe estar familiarizado con cualquier campo y, si no sabe, investigar. No se puede traducir algo sin tener la más mínima idea del tema.
4. Manos rápidas y una gran vista: No es fácil escribir y mirar todo el día en una computadora.
5. Chapista y pintor: Cuando el texto original no tiene comienzo ni fin, un buen traductor sabrá dar significado, funcionalidad y belleza al texto.
6. Capacidad para perder contacto con el mundo exterior por días, tal vez semanas o meses.
Si necesitas que alguien te diga qué hacer o te desanimes en el primer obstáculo, si no te atreves a interactuar con tus colegas del gremio, es probable que la carrera de traducción no sea adecuada para ti.
Si deseas saber sobre las cualidades de un buen intérprete, consulta nuestro artículo sobre este tema: ¿Cuáles son las cualidades de un buen intérprete?
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